CON DINERO BAILA EL ARTE

Ejercito la mano para no permitir explotar la incommprensión a este oscuro lugar que me aguarda ahora. Son los bolsillos y la tela vacia de este pantalón lo que me convierte en un guerrero que lucha contra las reglas del sistema capital. Resolver un "si", se reduce a intercambiar un cúmulo de billetes(papeles matizados de azul o verde) que no logro juntar períodicamente. Cada 15 días se reunen en mis manos sufragando acciones de aparente realidad material, sin embargo la guerra es interminable. Camino sin saber una respuesta, plásticos rectangulares disfrazan la dignidad del hombre ante el poder del dinero, algunas son verdes, símbolo de la esperanza ante seres humanos que se conforman con nada y todo por poseerlo. Yo no tengo nada, sólo 41 años, salvaguardando el orgullo de ser creador, unos llamarían artista, yo diría destructor, desarticulador de absurdas realidades. Entre esas realidades está la mía, mientras traduzco este acertijo del ser o no ser, del otro lado me aguardan esperanzas de existencia, uno es mi retoño, diminuta luz de vida, que en sus ojos se trazan letras construyendo la palabra "FE", con ella no hay oscuridad en este camino, sólo luz. Al opuesto del alba, esta la mujer de hoy y siempre, fuerza que me permite resistir esta batalla, con ella libro enemigos, comparando guerras como las cruzadas, ella siempre esta a mi lado, a veces no comprende mis ideales, pero la fé nos mantiene juntos, siempre amándonos. Cerca también de mí están los seres que creen que yo puedo hacer algo con mis manos, o quizá que se aproximan a la fachada de este corazón, a veces fracturado por el golpe de los días o quizá humillado por la obligada realidad de tener"papeles azules" para poder existir en la aceptación de esta sociedad. Vivir del arte en esta tierra, es como creer que en el desierto la sed se acabará tomando "Coca-Cola" bien fría. Hoy no pertenezco a la moda de ser contemporáneo, aún de convertirme en un "artista emergente", y estar presente en las grandes "Ferias del arte ACTUAL",quizá porque no he aprendido a ser tianguista del arte.